lunes, 17 de agosto de 2015

El crucigrama - cuento corto


Cambio, palabra que significa  sustituir una cosa por otra. Esa frase resonaba en mi mente, diría que dibujaba arabescos de diferentes tamaños. Los chinos también decían, no resistirse al cambio, dejarse fluir. Tantos opinaban sobre el cambio: el cambio de moneda, el cambio de estado, el cambio del tiempo, el cambio de roles, el cambio. Casi una carga, casi un peso, tantas formas diferentes de cambio.
Seguía en la redacción del periódico, justamente sentada frente a mi computadora personal, esperando la palabra cambio: de trabajo, de sección, de nota para este día.
Últimamente nada se quedaba como era. Solía recordar esas tardes impregnadas a magnolias y tilos, de suaves amarillos y puros blancos. Recordaba mis pasos por el parque camino a casa o al trabajo. El crujir de las hojas de otoño o el verde destellante del verano. Ya no caminaba al trabajo.
Te recordaba como menta perfumada mezclada con canela en rama. Con tus ojos miel brillantes, con tu caballo negro de noche, con nostalgias a madreselvas. Tu paso altivo y las palabras cortantes.
Hoy era un día de lembranzas, al decir portugués... En esta rueda infinita, el azar jugaba con nuestros destinos y hoy estamos arriba y mañana abajo y nada se detiene y todo se transforma.
La ciudad ya no era la misma. Los cibers estaban por doquier. Una computadora aquí, otra más allá y cientos de personas sin necesidad de hablar, de pronunciar una palabra, tan sólo de dibujarlas en una pantalla. Teclas tras teclas y animaciones para decir: te quiero, ¿cómo estás?, una cara de enojo y otra de alegría. ¡Ni las emociones se trasmiten como antes! En este ritmo vertiginoso, hoy es ayer y qué sucederá mañana.

            Estoy aquí esperando nuevas directivas. Con la hoja del crucigrama de una revista frente a mi vista: columna 13: dícese de la palabra que significa sustituir una cosa por otra, tiene seis letras... Ah, ¡sí!: Cambio.

Marisa Avogadro. Escritora - Periodista