martes, 6 de octubre de 2015

Una pizca de sal - microcuento gastronómico

      Llegó a su boca el sabor salado que era su preferido. El mismo que sentía cuando caminaba por la arena blanca y la espuma saltaba a su rostro en gotas imperceptibles.

       Eran granitos cristalinos de suave y al mismo tiempo profundo sabor. Era el mar, el día soleado y su recuerdo.

       De pronto sus labios sintieron la fuerza de las olas y el sonido marino. Como comida de poeta, su boca recibió un beso intenso con una pizca de sal.

       Era algo más que recuerdos …

Marisa AvogadroThomé. Cuento de su próximo libro