lunes, 5 de diciembre de 2016

La mariposa azul . cuento breve

            Sentada a la orilla del río veía ondear el agua, cada vez que lanzaba una piedra. Largas varillas verdes se reflejaban en ella. Sonidos, murmullos de aves, conversaciones de insectos, se oían en esa tarde primaveral. Lucecitas de colores cubrían la tierra y perfumaban la atmósfera ... Y ella miraba a la distancia. Volaba con el pensamiento.
            De repente  sintió una suave caricia en su mano izquierda como diminutas patitas recorriendo sus dedos. Lentamente giró su cabeza, con un poco de temor y ante su sorpresa, era una Mariposa Azul.
            Sí, la Mariposa Azul de la cual tanto hablaba su abuela. Era grande, pues casi ocupaba la mitad de su mano. Sus alas, parecían dibujadas por el pincel del mejor pintor. Y su color azul, era mágico. Un azul brillante y profundo, que destellaba dorados tenues.
            Todo sucedía en segundos. Recordó que su abuela decía que esas mariposas se veían sólo una vez al año y que cuando eso pasaba, había que pedir un deseo con todo el corazón.

            María cerró suavemente sus ojos para no asustarla y como un susurro pidió: verdad y justicia para todo el mundo y mucho amor.

Marisa Avogadro Thomé. Periodista - Escritora